
Llévale un regalo a tu mamá como sorpresa.

Muchos de nosotros fuimos bastante traviesos en nuestra infancia. ¿También eras de los que pintaban las paredes? ¡Y seguro que a tu mamá no le impresionaba mucho tu obra de arte!

Quizás aún recuerdas también los cuentos que tu mamá te contaba cada noche cuando no podías dormir.